Cuento- La hormiguita que no sabía bailar

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la hormiguita que no sabía bailar (2)

 

Érase una vez una pequeña hormiguita que vivía en la zona de las margaritas de Hormitrópolis, juguetona y divertida siempre le gustaba hablar con todo el mundo.

Su mejor amiga era la mariquita así como la libélula, con la que siempre jugaba a las carreras y a leer las nubes.
La hormiguita, siempre pensaba en lo bonitas que eran sus alas de colores y sabia ver todo lo bello que los demás tenían, en cambio, no sabía ver lo bueno que había en ella, algo que la hacía dudar, acerca de sus habilidades.
Cuando vino de la guardería un día soleado  después de comer un plato súper rico de flan de miel, encontró a un ciempiés que cantaba y bailaba con primor… ¡era todo un artista!
Y comenzó a hablarle:
-Oye ciempiés ¿por qué bailas tan bien?

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-Me sale solo hormiguita… tú también puedes probar. Tan solo mueve tus pies así, de manera rápida, y suelta tu voz cuando quieras cantar. Recuérdalo… ─dio un paso para irse. Me voy hormiguita ¡debo de ir a trabajar!
Así que pensando, la hormiguita se fue tarareando sola mientras caminaba por la hierba verde, hasta que en el valle se sentó a tomar un grano de azúcar y comenzó a probar a bailar, moviendo sus pies tan rápido, que estos se cruzaron y se liaron hasta que se cayó.
Las aves del bosque rieron divertidas cantando burlonas:
-¡La hormiguita del bosque no sabe bailar! ¡La hormiguita del bosque tiene un único pie!
La pequeña hormiga al ver que se reían de ella, comenzó a llorar cada vez más fuerte, con lágrimas más y más grandes que hicieron que el hada del bosque se despertara.
-¿Qué te pasa pequeña?

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Apareció el hada del bosque preocupada desde un destello brillante de luz.
-¿Qué te pasa hormiguita?  ─repitió─ ¿Por qué lloras de esa manera tan desconsolada?
-Las aves cantoras se burlaron de mí porque no sé bailar.
-Tranquila pequeña, tu don no es bailar.
-¿Qué es un don hada del bosque?
-Un don, pequeña,  es una cosa que se sabe hacer de manera natural y sin pensar ni ensayar, no te preocupes, porque puede que no sepas bailar, pero posees otro maravilloso don que a muchos otros les gustaría alcanzar.
-¿Y cuál es ese don hada del bosque?
-Tú misma cielo lo has de averiguar, pero ¡sin llorar!
Corrió entonces la hormiguita ladera abajo cantando y riendo parándose a saludar oyendo las historias de sus amigos sin darse cuenta de que su don era el de saber escuchar a los demás, alegrándoles el día con su bonita sonrisa.
Cada don es especial y único ¿te animas a descubrir el tuyo?

Recuerda que todos tenemos unos dones que nos hacen especiales. Tan solo, como dijo el hada del bosque, debemos descubrirlos por nosotros mismos.

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