La pandilla 03.- Primera reunión en el club

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 la primera reunión en el club

El Club de La Casa del Silbido

Primera reunión en el club

La limpieza del cuarto donde iban a instalarse para hacer la primera reunión en el club, fue rápida. Tan solo quitar las telas que protegían a los muebles del polvo, porque para barrer y fregar no habían llevado nada. Así que se sentaron rápidamente en la mesa ovalada dejando el sitio de la cabecera libre, ya que estaba reservada al presidente electo después de la votación.

Ohm tomó la palabra, y con gesto grave como lo requería la situación, abrió oficialmente la sesión y pasó a exponer el primer punto del día.

—Lo primero que debemos de discutir, es un punto que todos consideramos claro: quienes vamos a ser los integrantes del club—comenzó Ohm.

Está claro que somos todos quienes nos encontramos aquí. Lo único que falta por aclarar es el sistema de nuevas incorporaciones al club en caso de que alguno de nosotros tenga mucho interés por incorporar a alguien en concreto.

Creo—prosiguió Ohm—, que a propuesta de algún miembro del club, la solicitud de incorporación de un nuevo miembro se debería de someter a votación entre todos nosotros y aprobar por unanimidad. Con un solo voto negativo de cualquiera de nosotros, la solicitud quedaría rechazada porque eso significaría que alguno estaría  descontento y eso no sería bueno para la armonía.

Asimismo, en caso de expulsión de algún socio por causa grave, se utilizaría el mismo sistema de votación y de aprobación.

Los demás—Ori, Ciar y Cari—, asintieron en silencio dando a entender que estaban de acuerdo con el planteamiento, por lo que procedieron a la votación que estaba claro que se aprobaría por unanimidad, como así fue. Todos con la mano en alto.

El punto dos, es el nombre del club, pero ¿tenéis pensado alguno?—preguntó Ohm—, pero las caras demostraban que no lo habían pensado. Yo tampoco, así que nos daremos hasta mañana para pensar y decidir.

El punto tres— reglas de comportamiento—, está claro que nos debemos los unos a los otros y estamos obligados a  ayudar por todos los medios a quien está en apuros. Esto no es nada nuevo—prosiguió Ohm—, porque así es como se comportan los amigos ¿verdad?

— ¡Siii! contestaron todos al unísono partiéndose de risa.

— ¡Pues aprobado por unanimidad!

Ya solo nos queda el apartado de ruegos y preguntas. Así que si hay alguna duda, ahora es el momento. En caso contrario, salgamos pitando de aquí que se nos está haciendo de noche y de momento no me apetece pasar ninguna noche en esta casa, o mejor dicho, en nuestro club.

Como si Ohm hubiese dicho “la palabra mágica”, se levantaron todos y se dirigieron a la puerta, prestos a cruzar el jardín que con las primeras sombras aún parecía más tétrico.

—Esta es una de las cosas que debemos de arreglar— dijo Ori, mientras abría el paso entre ramas y matorrales que habían cerrado la entrada hasta hacerla casi desaparecer.

—No sé si sería conveniente. Quizás si abrimos y limpiamos, alguien se dé cuenta y saque en conclusión que en  la casa pueden haberse colado — replicó Cari. Mañana lo hablamos.

Una vez cruzado lo que debió ser un en sus tiempos un bonito jardín, saltaron el muro medio derruido y se encaminaron en silencio hacia sus casas, contentos porque ya habían encontrado un lugar secreto para reunirse. Aún estaba poco acogedor, pero con un poco de arreglo y decoración más acorde con ellos, tendrían el mejor club del mundo. Ahora había que pensar en el nombre del club.

La Pandilla 4ª parte : ¿Que nombre le ponemos al Club?

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