Cuento- Las mariposas del viento asustan a las hormiguitas de Hormitrópolis

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las mariposas del viento

Cuento-las mariposas del viento.-En Hormitrópolis, la ciudad de las hormigas, siempre hay algo emocionante que sucede. Un día, un viento fuerte sopla y las hojas comienzan a moverse, haciendo que las hormiguitas se sientan un poco asustadas.

Pero entonces, vieron algo volando en la distancia. Eran unas sombras oscuras, y las hormiguitas comenzaron a temblar de miedo. ¿Qué eran esas sombras? ¿Eran peligrosas?

Descubre en este cuento la sorprendente verdad detrás de las sombras y cómo las hormiguitas aprenden a enfrentar sus miedos y descubrir la belleza en lo inesperado.

Las mariposas del viento

El tiempo había cambiado en Hormitrópolis y se acercaba la temporada de tormentas.

Antes del verano, siempre llovía y llovía, hasta que las nubes se cansaban y lucía un gran arco iris con el sol, tan ¡brillante!

Cuando esto pasaba, todas las familias de Hormitrópolis hacían un gran picnic en la cumbre de la montaña donde estaba la estatua de Barbudo, el fundador de Hormitrópolis, y comían sándwiches de crema de azúcar.

Cuando todos estaban pasándolo bien con sus bocadillos y hablando o jugando, vieron que las nubes llegaron de nuevo a las nubes de Hormitrópolis, ¿qué pasaría ahora? ¿Cómo era posible que al irse las nubes, éstas volvieran?

Asustados, ante la posibilidad de que la tormenta volviera, muchas hormiguitas se escondieron detrás de los arbustos y de los helechos, así como debajo de las camas de hojas.

Asomando los ojos y las antenas por las hojas que estaban sueltas, muchas hormiguitas se quedaron perplejas al ver que el clima se volvía frío y que cada vez las nubes eran más espesas.
¿Qué estaría atrayendo el mal tiempo a la montaña de Hormitrópolis? ¿Cuándo ya parecía que todo había pasado como todos los años?

Las hormigas ancianas, asustadas, seguían observando por detrás de las hojas, esperando a ver a que se debía ese extraño cambio.

Las mariposas del viento

Entonces, el viento comenzó a soplar más y más fuerte en la superficie de los árboles… caían hojas y más hojas que se iban acumulando a la cumbre de las que ya estaban en el suelo.

Las mariposas del viento

Y tras varios segundos que se hicieron eternos, pudieron ver como grandes alas que venían desde lejos se acercaban hasta ellos.

Los ojitos de las hormiguitas se abrían cada vez más y más…

Cuando las alas se acercaron hacia ellos, pudieron contemplar que ¡eran unas grandes mariposas!

¡De mayor tamaño, incluso el doble que las mariposas habituales!

Así que todos siguieron en su escondite, mientras las contemplaban volar junto al viento, ¡que no dejaba de sonar!

Las mariposas del viento asustan a las hormiguitas de Hormitrópolis
Las mariposas del viento

Una de las mariposas cayó justo al lado de la cama de las hojas, y alguna hormiga traviesa se acercó a ver que le pasaba.

El resto de las hormigas mayores salieron de la cama de hojas, para quitarla de ahí, y es cuando se dieron cuenta de que ¡la gran mariposa tenía una ala rota!

Las hormigas ancianas, enseguida le preguntaron:

-¿Qué te ocurrió?

Y la mariposa le contestó:

-El cambio del viento nos hizo marchar en sentido contrario, y me choqué contra unas ramas, dando 3 volteretas en el aire, ¡ahora con el ala rota no nos podemos marchar!

Las mariposas del viento asustan a las hormiguitas de Hormitrópolis
Las mariposas del viento

Al ver que el resto de mariposas no querían dejar a la mariposa y que todavía estaban revoloteando en círculos encima de la montaña, las hormigas ancianas, decidieron socorrer a la mariposa herida. Colocaron en su ala unas tablillas de bambú suave y las unieron con hilo de seda. Le dieron de comer néctar de flores y estuvieron con ella de  noche.

La comunidad de las hormigas hizo sitio para el resto de las grandes mariposas y a los pocos días, ¡ellas pudieron marchar con el viento de nuevo hacia su lugar de origen!

Las mariposas del viento asustan a las hormiguitas de Hormitrópolis
Las mariposas del viento

Ahora, cada primavera, las mariposas prometieron volver, y llevarles a lar hormiguitas ¡cubitos de néctar en sus patas! Haciendo la gran fiesta de la primavera.

Una gran celebración en la montaña en la que las mariposas del viento recuerdan la buena obra de las hormiguitas dejándoles semillas de flores para el verano, néctar y canciones.

Las mariposas del viento

Descarga y colorea a Roberta la tortuga poeta

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