Los filibusteros .- 01 – Un MISTERIO en el Jardín

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EL CLUB DE LA CASA DEL SILBIDO

Los Filibusteros

Casa del silbido - misterio en el jardín

En la Casa del Silbido, La Pandilla no tardara en descubrir el misterio en el jardín, un misterio que se esconde bajo la espesa maleza…

Capítulo 01.- Un Misterio en el jardín

¿Por qué no limpiamos el jardín? –Soltó a bocajarro Cari— al ver que la apatía estaba instalada en el club.

—¡Tú siempre buscando algo que hacer! con lo bien que se está pensando–replicó Ciar.

—¿Pensando? ¡Serás caradura! Venga, vamos a limpiar y a quitar los arbustos del jardín que pronto nos impedirán  el paso a la casa.

A regañadientes, se dirigieron hacia la pequeña barraca que había en una esquina del jardín, y que las matas tenían semioculta. Allí debería de haber algunas herramientas, ya que tenía toda la pinta de ser la barraca del jardinero en los tiempos en que la casa estaba habitada.

Abrieron la puerta como pudieron, y tal como habían pensado, en una estantería de madera que estaba a punto de derrumbarse por la podredumbre, acertaron a ver un par de rastrillos, una pala, y tres azadas oxidadas. Apoyada en la otra esquina había una escalera a la que le faltaban dos peldaños, aunque los que aún quedaban estaban a punto de caerse también.

Ya más animados, comenzaron por ir cortando los matojos y yerbajos que dificultaban el acceso a la casa y hacían prácticamente invisible el camino. En estas estaban, cuando Cari les llamó a todos para que vieran algo que se había quedado a la vista debajo de unos matojos que había arrancado en la esquina norte.

Según avanzaban hacia el lugar en que Cari les esperaba, cada uno de la pandilla iba haciendo cábalas sobre el hallazgo de su compañera: será un tesoro –pensaba Ori—, o quizás una fuente, o un pasadizo secreto…Pero lo que Cari les enseñó era un palo que sobresalía del suelo apenas unos palmos.

— ¿Y esto es lo que has encontrado? – se mofaron todos partiéndose de risa.

—No sé lo que es, pero podíamos averiguarlo excavando hasta sacarlo – dijo Cari. De todas maneras no vamos a dejarlo aquí sobresaliendo en medio.

— ¿Por qué no?  ¿Por qué no podemos dejarlo aquí?—replicó Ori— pensando en el lado práctico de no tener que excavar.

Cari viendo que nadie le hacía caso, cogió la azada y en silencio empezó a excavar. Ohm, cogió otra azada y se puso a su lado a ayudarla, también en silencio. El efecto fue inmediato y los demás se fueron arrimando y poco a poco empezaron a participar en la faena de desenterrar el palo que asomaba de la tierra.

A medida que avanzaban y el pozo de hacía más profundo, iba quedando a la vista un palo redondeado y pulido cada vez más grueso. Eso los animaba, y el trabajo en equipo iba dando sus frutos. Al cabo de unas horas de excavación y unos cuantos metros de profundidad, encontraron una especie de tela amarilla y semipodrida, medio enrollada por unas gruesas cuerdas que parecían aguantar mejor el paso del tiempo.

— ¿Y si fuese un barco? –dijo Ohm pensando en voz alta.

— ¡Que va a ser un barco! – replicaron todos a un tiempo. El mar está a varias millas de aquí y tampoco hay ningún lago cerca.

—Pues tiene toda la pinta. ¡Bueno, sigamos. Menudo misterio en el jardín nos estamos encontrando!

Siguieron descubriendo y apareció una  tela desgarrada y podrida, y se vieron obligados a ampliar  el agujero cuanto aparecieron algunas maderas colocadas en sentido horizontal ,de lo que parecía ser el puesto del vigía.

—Sin duda es un barco -dijo Cari que trataba de calmar su agitación.

—Pero –dijo Ciar-, si fuese un barco deberíamos encontrar algún palo más y solo hemos encontrado uno.

-La única explicación es que fuese una Balandra –dijo Cari.

—¿Una Balandra? ¿y tu como sabes eso? –preguntaron todos al unísono.

—Si os dedicarais a leer un poco en lugar de pensar solo en divertiros, lo sabríais. Una Balandra era una embarcación utilizada por los Filibusteros, muy rápida y con un solo mástil —dijo Cari encantada de darles una lección de conocimiento.

Con una mayor concentración, volvieron a las labores de excavación ahora espoleados por la curiosidad .Y una vez asegurado el palo transversal, siguieron excavando más profundamente siguiendo el poste original que a medida que iba quedando al descubierto, se iba haciendo más grueso.

Ya llegados a este punto, la fatiga y el agotamiento iba haciendo mella en ellos, así que decidieron dejarlo para el día siguiente e irse a casa a descansar. Se habían encontrado con un  misterio en el jardín, que no podían imaginar…

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